Una explosiva combinación de anuencia o connivencia de algunas autoridades, dejadez de los servicios de Inteligencia y una esmerada planificación en las redes sociales allanó el camino para intentar derrocar la voluntad popular.
A dos días de cumplirse el segundo aniversario de la toma del Capitolio en Estados Unidos, miles de seguidores del exmandatario de Brasil Jair Bolsonaro, invadieron las sedes de los tres poderes