Impulsan la producción de bioetanol con residuos madereros

Se trata de un proyecto llevado adelante en InBioMis, ubicado dentro del campus de la UNaM. Arrancó como investigación y ahora está en fase de ampliación a la producción.

El desarrollo sostenible en Misiones es un concepto que se viene trabajando desde hace tiempo y apunta a la utilización de los recursos sin producir su agotamiento, garantizando el bienestar de la sociedad y el desarrollo económico a largo plazo, teniendo en cuenta el cuidado del ambiente. En ese sentido, la forestoindustria misionera representa una puerta de entrada para distintas alternativas basadas en la bioeconomía, que consiste en la posibilidad de utilizar recursos renovables para sustituir a los derivados de los recursos fósiles y la economía circular, que se basa en la posibilidad de reciclar y reutilizar los materiales para transformarlos en materias primas.

La docente e investigadora del Conicet, ing. Daniela Rodríguez, lleva adelante el proyecto de producción de bioetanol a partir de residuos foresto industriales. “La provincia de Misiones se caracteriza por ser rica en la industria forestal y también en la industria almidonera. Hay una gran disponibilidad de aserrín y bagazo de la caña de azúcar, que son los residuos de estas actividades”, destacó.

La madera, las cañas, las cáscaras y tallos de cereales, se definen como materiales lignocelulósicos, ya que se componen químicamente por celulosa, hemicelulosas y lignina, acompañados de otros componentes en menor proporción. Los residuos agrícolas, forestales y sus respectivas industrias, son recursos renovables que se encuentran disponibles en grandes cantidades. Constituyen una fuente importante de biomasa que puede utilizarse como materia prima de biorrefinerías para producir bioproductos, biomateriales y biocombustibles.

“Aunque estos materiales biológicos son distintos, químicamente su composición es similar, sólo varían las cantidades. Y uno de los materiales que los componen son azúcares de largas cadenas”, detalló. Y agregó que la “biodiversidad misionera es tan amplia, que nos permite encontrar hongos que degradan estas cadenas de azúcares, haciéndolas más pequeñas. Estos azúcares pequeños se fermentan con levadura y su resultado es el Bioetanol”.

El tipo de producto a obtener depende del procesamiento. Puede obtenerse energía a través de la combustión, como vapor o electricidad, pero también por procesos fermentativos en forma de biogás y bioetanol. A través de procesos químicos, pueden obtenerse insumos para la industria cosmética, farmacéutica y de alimentos.

“Estos materiales biológicos, que hoy son residuos, pueden pasar a ser la materia prima para la producción de Bioetanol. Por eso, este proyecto apunta a crear valor agregado a partir de un residuo de la zona”, explicó Daniela.

Actualmente los estudios se llevan a cabo en InBioMis, ubicado dentro del campus de la UNaM, pero también en la provincia avanzan distintos proyectos complementarios en la industria de la celulosa y el papel, que apuntan progresivamente hacia el concepto de biorrefinería integrada ya que, además de sus productos tradicionales y la energía de biomasa, puede producir diversos coproductos, como tall oil, colofonia, vainillina, ligninas técnicas, entre otros. Esto es realizado por la misma empresa, o es tercerizado, pero, de cualquier manera, mejora notablemente la economía y sostenibilidad ambiental de las fábricas.

Rodriguez, explicó que “el bioetanol es un sustituto directo de la Nafta. Inclusive, todas las naftas comerciales, por ley, tienen un corte de bioetanol. En el concepto de biorefinerías, a partir del bioetanol también se puede obtener bioetileno, que es un plástico similar al de las bolsas convencionales”.

Canal 12

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