Crónica de la vorágine que culminó en la lista de unidad del peronismo

Sergio Massa logró posicionarse como candidato único a presidente del peronismo, tras años de buscar ese lugar. Será acompañado por Agustín Rossi en la fórmula, quien llegó a la boleta como síntesis de la unidad con la otra lista, que acaba de bajarse y dejar afuera a Daniel Scioli.

Este viernes, tras horas de rosca y amenazas de portazos de algunos dirigentes, desde el Senado, la vicepresidenta Cristina Fernández terminó de definir la estrategia electoral y acordó con el presidente Alberto Fernández.

Todo comenzó este jueves cuando Juan Manzur lanzó la fórmula que lo ubicaba de segundo de Eduardo “Wado” de Pedro, que incluso llegó a publicar un video grabado en el que reconoció por primera vez que quería ser presidente. Duró poco.

Este viernes por la mañana, el gobernador de La Rioja, un hombre con llegada directa a Sergio Massa, pero también a Cristina Fernández, dijo lo que muchos decían por lo bajo, querían un candidato de unidad y que fuera Massa.

El problema es que Massa, que siempre fue la opción uno de Cristina, quería ser candidato único. Hasta este jueves eso no se había podido garantizar, en parte por la persistencia de Daniel Scioli y por la decisión de Alberto Fernández.

De hecho, los gobernadores Gerardo Zamora y Raúl Jalil ya habían hecho el pedido formal ante el presidente el jueves, sin resultado. A eso le siguió la falta de anuncio formal de la fórmula Wado-Manzur. El binomio no cerraba. No hubo reacción conjunta de los gobernadores ni de los intendentes bonaerenses.

En ese contexto, Massa avanzó. Primero a través de la vocería de Quintela. Después con la difusión de un chat de whastapp en el que arengaba a su equipo a concurrir a sus posiciones de trabajo el lunes.

El mensaje se leyó rápido en todos los despachos. Fue entonces Juan Manuel Olmos, vicejefe de gabinete, funcionario que tiene abiertos sus canales de diálogo directo con Cristina, Alberto y Massa, activó los contactos y gestó el llamado de la vicepresidenta al presidente.

Luego fueron Olmos, Máximo Kirchner y Wado a verlo a Massa a Diputados. Allí le dijeron que la negociación se había destrabado y que iba a ser el candidato del peronismo unido.

Massa había llegado al lugar al que aspiró durante años. Por su parte el albertismo ponía al jefe de gabinete como su número dos. Rossi también cumple con el requisito de sumar representación federal a la fórmula.

Por lo pronto, entre las primeras repercusiones, el líder del Frente Patria Grande Juan Grabois avisó que vuelve a anotarse en las PASO, por lo que técnicamente no habría lista de unidad, tal como lo comunicó Unidad por la Patria.

Grabois había avisado desde un primer momento que acompañaba a Wado y competía contra Massa, a quién calificó como traidor en varias oportunidades.

Tras haberse despejado la principal incógnita del armado, en algunos espacios del peronismo entendían que Cristina había entregado la fórmula presidencial por lo que ahora le correspondía poder armar las listas legislativas, en las que se ubicaba a De Pedro como senador por la provincia de Buenos Aires.

El peronismo se encamina a pelear con una sola fórmula en las PASO del 13 de agosto con la intención de posicionarse como la más votada, contra un frente opositor que compite entre las fórmulas Horacio Rodríguez Larreta- Gerardo Morales y Patricia Bullrich-Luis Petri. De esta manera, el binomio Massa Rossi podría llegar al balotaje.

Gimena Fuertes

Tiempo Argentino

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