Amenazas de muerte de por medio, prendieron fuego casa de familia Mbya

Un hecho de extrema gravedad tuvo lugar en la Comunidad Tataendy, ubicada en Colonia Mado-Delicia, cuando una mujer, acompañada de su marido, prendió fuego y destruyó por completo la casa de una familia Mbya.

Ayer, cerca de las 15.30, una mujer de nombre Graciela Martínez, quien dice ser la dueña del territorio donde se encuentra la Comunidad, la amenazó diciendo que desarmen una casa o de lo contrario la iba a quemar “Este es mi lote, y si no te retirás voy a prender fuego, o voy a llamar a la policía para que echen tu casa”, le advirtió al mburuvicha.

Horas más tarde, el mburuvicha, Néstor Fabián Benítez, se trasladó hasta la Comisaría de Mado para hacer la denuncia pertinente, pero cuando volvió se encontró con que ya habían quemado su casa.

“Trajeron con ellos tres perros malos para que nadie se pudiera acercar a impedir que quemaran, hasta que la casa se quemó por completo con todas las pertenencias de la familia”, relató la madre de Benítez.

Posteriormente a este hecho, mientras se encontraban en la casa de su madre y ya de noche, vieron luces de linternas a lo lejos.

Cuando se acercaron a ver de qué se trataba, advirtieron que era nuevamente esta mujer, acompañada de tres uniformados.

“Me trataron como a un delincuente. Se acercaron tres policías, me rodearon para que no me mueva. Me levantaron la remera, me revisaron a ver si tenía armas. La policía, a favor de la señora, me dijo que ese terreno es de ella y que por qué nos metimos ahí. El otro policía dijo que si alguien andaba escondido por ahí, le iban a meter plomo”, relató el mburuvicha aún angustiado por lo sucedido.

Los delitos más evidentes cometidos por los miembros de la fuerza Policial de la Provincia de Misiones son abuso de poder, incumplimiento de deberes de funcionario público, apremios ilegales y amenazas, agravados por la discriminación étnica.

La Comunidad Tataendy se encuentra dentro del territorio de la Comunidad Yychyry, que fue relevado en el marco de la Ley 26160 de emergencia territorial indígena, la cual, entre otras cosas, prohíbe desalojos.

Esta Comunidad, constituida por nueve familias, desde el mes de enero viene sufriendo todo tipo de amenazas y represalias y ahora temen por su vida.

Atropellos previos

Ya en otras oportunidades habían ingresado camionetas, advirtiéndoles que debían irse, e incluso en enero quemaron otra casa y los presionaron con armas de fuego, haciendo disparos al aire.

También tiraron abajo el kiosco de venta de artesanías que se encontraba en la banquina, en presencia de dos policías.

Por otro lado, intentaron hacer negociaciones, ofreciéndoles solamente una parte del territorio, e incluso la suma de un millón de pesos para que se retiren del lugar.

Ante la firmeza de la Comunidad por defender sus derechos territoriales, quienes intentan desalojarlos de manera forzosa continuaron acechándolos, poniendo en riesgo la vida de las familias que allí residen, incluidos niños, y dejándolos a la intemperie.

Al parecer, se trataría de diferentes personas que se adjudican la propiedad del territorio y a lo largo de estos meses los fueron acosando.

En una provincia donde se utiliza a los Mbya Guaraní como objeto turístico y se los muestra siempre como vidriera en eventos y festivales, suceden estas cosas y hoy son los mismos funcionarios del Estado los responsables directos.

¿A quién podrán acudir, entonces, si quienes deben protegerlos los amenazan de muerte?

EMiPA

Equipo Misiones de Pastoral Aborigen

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