El FMI concluye la séptima revisión del acuerdo en el marco del Servicio Ampliado

La decisión del Directorio Ejecutivo hace posible un desembolso inmediato de aproximadamente USD 4.700 millones o DEG 3.500 millones.

El Directorio Ejecutivo del Fondo Monetario Internacional (FMI) concluyó el día de hoy la séptima revisión del acuerdo ampliado en el marco del Servicio Ampliado del FMI (SAF) para Argentina.

La decisión del Directorio hace posible un desembolso inmediato de aproximadamente USD 4.700 millones (o DEG 3.500 millones) para atendar las necesidades de balanza de pagos y apoyar las medidas en marcha y los firmes compromisos de las autoridades para restablecer la estabilidad macroeconómica.

Con esto, los desembolsos totales en el marco del acuerdo ascienden a aproximadamente USD 40.600 millones.

Al concluir la revisión, el Directorio Ejecutivo determinó que las metas clave del programa previstas para fines de diciembre de 2023 no se habían alcanzado por amplios márgenes debido a graves desvíos de la política económica, razón por la cual fue necesario aprobar dispensas por incumplimiento.

Además, el Directorio aprobó dispensas por incumplimiento relacionadas con la adopción de medidas temporales que dieron lugar a la introducción o intensificación de restricciones cambiarias y prácticas de tipos de cambio múltiples.

Las metas del programa fueron modificadas en función de los ambiciosos planes adoptados para volver a encarrilar el programa y restaurar la estabilidad macroeconómica y al mismo tiempo protegiendo a los más vulnerables.

El Directorio también aprobó prorrogar el acuerdo hasta el 31 de diciembre de 2024 y recalibrar los desembolsos previstos dentro de la dotación de recursos del programa vigente.

Al término de las deliberaciones del Directorio Ejecutivo, la Directora Gerente y Presidenta del Directorio, Kristalina Georgieva, realizó la siguiente declaración:

Tras la finalización de las últimas revisiones, los grandes desequilibrios y distorsiones de Argentina se agudizaron y el programa se desvió significativamente, lo que refleja las políticas inconsistentes del gobierno anterior.

En medio de esta difícil herencia (inflación elevada y creciente, reservas agotadas y altos niveles de pobreza), la nueva administración está tomando medidas audaces para restaurar la estabilidad macroeconómica y comenzar a resolver los impedimentos de larga data al crecimiento. Estas medidas iniciales evitaron una crisis de balanza de pagos, aunque el camino hacia la estabilización será desafiante.

El ambicioso plan de estabilización acordado se centra en el establecimiento de un ancla fiscal fuerte que ponga fin a todo financiamiento del gobierno por parte del banco central.

El logro de un superávit fiscal primario de alrededor del 2 por ciento del PIB este año se sustentará en una combinación de impuestos temporales relacionados con las importaciones y el fortalecimiento de los impuestos a los combustibles, junto con esfuerzos para racionalizar los subsidios a la energía y el transporte, los costos administrativos y las políticas de menor prioridad de gastos discrecionales.

También se está reforzando la asistencia social para apoyar a los más vulnerables y salvaguardar el valor real de las pensiones. Con el tiempo, se prevén medidas fiscales de mayor calidad para lograr mejoras estructurales en los ingresos y el gasto y asegurar la consolidación y una distribución más equitativa de la carga.

Tras el realineamiento del tipo de cambio, la política cambiaria debería continuar asegurando los objetivos de acumulación de reservas. Se están tomando medidas importantes para resolver el desproporcionado saldo de deuda comercial y crear un sistema de importaciones más transparente y basado en reglas.

Además, las autoridades se han comprometido a eliminar en el corto plazo las restantes restricciones cambiarias distorsivas y las prácticas monetarias múltiples, y a desarrollar planes para desmantelar gradualmente las medidas de gestión de los flujos de capital, según lo permitan las condiciones.

La orientación de la política monetaria debería evolucionar para respaldar la demanda de dinero y la desinflación, mientras que el marco y las operaciones de la política monetaria se ajustarán para fortalecer su papel de ancla. Seguir fortaleciendo el balance del banco central sigue siendo una prioridad.

Se están realizando esfuerzos para corregir grandes y extensos desajustes de precios relativos, reformar el sector energético y crear una economía más simple, basada en reglas y orientada al mercado.

Se están abordando las barreras al crecimiento, el empleo formal y el comercio, mientras se prevé un marco regulatorio más predecible para impulsar la inversión y liberar el potencial energético y minero de Argentina.

Será esencial una formulación de políticas ágil y planificación de contingencias, y es posible que se necesiten medidas adicionales para asegurar los objetivos del programa y restaurar la estabilidad de manera duradera.

Sigue siendo imprescindible una comunicación clara y una asistencia social bien orientada, así como esfuerzos continuos para generar apoyo social y político para el programa.

María Candia Romano

Departamento de Comunicaciones del FMI

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