El cuarto intermedio disparó dudas y cuestionamientos

Si bien el oficialismo tiene la certeza de que ganará con amplitud la votación en general, la premura con la que pidieron parar para descansar generó interrogantes y certezas de que le faltan votos y quiere evitar seguir recortando su ley.

La primera jornada del debate del proyecto de ley de Bases y Puntos de Partida para la Libertad de los Argentinos dejó algunas certezas, pero también muchas dudas, entre ellas la de cuándo realmente terminará esta sesión.

Esto es, cuándo estará la media sanción buscada.

Ya de por sí llamó mucho la atención que cada vez que se refirió durante la sesión Martín Menem a la extensión de la misma, lo hizo en términos diarios: habló de 4 días, y al reprocharle a un legislador extenderse en el uso de la palabra, advirtió que si todos hacían como él, la sesión terminaría extendiéndose 7 días y medio…

Pareció que el presidente de la Cámara pretendía con ese planteo generar un toque de responsabilidad en los legisladores, que los hiciera evitar extenderse más de lo permitido en sus discursos, mas al final del día quedó la sensación de que la sesión será tan extensa como sugieren los menos optimistas, pero además y tal vez, deliberadamente extendida.

Esa última suposición surge de la manera como se resolvió el pedido de cuarto intermedio, votado a mano alzada pasadas las 21.30.

“Apenas” once horas llevaba entonces el debate, lo cual no es demasiado tiempo para legisladores acostumbrados a maratonear veinte horas en el recinto.

Cierto es que el día anterior se había acordado en Labor Parlamentaria hacer un cuarto intermedio cerca de la medianoche, a sabiendas de que después el debate en particular demandará mucho tiempo y atención.

Pero habían quedado que irían viendo el momento de establecer ese cuarto intermedio. Nadie imaginaba que lo harían tres horas antes de cerrar el día, y tampoco que decidieran reanudar la sesión a las 12, en lugar de las 10, como siempre se había especulado.

Esto es, quedó claro que deliberadamente se había decidido regalar 3 horas de debate nocturno y otras 2 matinales.

El titular de la Cámara baja redondeó en 140 los diputados que supuestamente debían hablar todavía. Tan solo esa cantidad de discursos individuales, a apenas 5 minutos cada uno, daría una extensión superior a las 11 horas. A ellos habría que sumar después los cierres, que habrá que ver quiénes quieren participar de ese sprint final.

Teniendo en cuenta que la sesión arrancará al mediodía, la votación en general debería suceder pasadas la 1 de la madrugada. Con mucho viento a favor.

Así las cosas, quedó la sensación de que el abrupto cierre de la sesión de ayer podría atribuirse al deseo de descomprimir la tensión creciente que se estaba dando este martes en el exterior del Congreso por los incidentes, como así también -y sobre todo- a una negociación entre el oficialismo y la oposición “responsable”, con el fin de acordar cosas que el oficialismo va a perder sino en el recinto.

En UP, que se opuso al cuarto intermedio, Germán Martínez no tiene dudas de la razón. “El motivo es claro: siguen metiendo mano en el texto a votar porque no tienen la mayoría necesaria para aprobar las facultades delegadas y las privatizaciones”, sostuvo.

Ya durante la jornada habían insistido él y otros diputados de su bloque sobre las irregularidades que acompañan al dictamen de mayoría.

En el inicio del debate de este miércoles y tal cual lo convenido en Labor el día anterior, se procedió a leer el número de los artículos que quedarían fuera del texto final, de modo tal de ordenar la votación en particular.

El secretario Parlamentario, Tomás Figueroa, dictó 165 artículos.

Entre las modificaciones ya no figura la aclaración sobre el plazo de vigencia del impuesto PAIS; se removieron las facultades para modificar fondos fiduciarios de zonas frías para usuarios residenciales de gas; desaparecieron los cambios al Régimen federal de Pesca; volaron artículos que modificaban el financiamiento a las leyes de Bosques Nativos y Glaciares; como así también las duras sanciones a organizadores de protestas.

También desaparece la definición de “reunión o manifestación” a cualquier “congregación intencional y temporal de 30 o más personas en un espacio público.

Pero hay cosas que siguen pendientes de negociación, cuestión de no asestarle una dura derrota al Gobierno nacional en la votación en particular.

Porque la negociación en general pareciera asegurada para el oficialismo, como quedó explícito al inicio del debate del proyecto del Poder Ejecutivo, cuando la moción de Germán Martínez para la vuelta del proyecto a comisión fue derrotada por 149 votos contra 103.

Claramente ese número podría ser tomado como el resultado que tendrá la votación en general, cuando suceda. Con algunas pequeñas variaciones, como dos votos menos correspondientes a los socialistas, que ya anunciaron que no votarán la ley del PEN.

Vale destacar respecto de esa votación que los 103 votos a favor de la vuelta a comisión correspondieron a Unión por la Patria y la izquierda, más –y he aquí lo llamativo- los dos diputados santacruceños que responden al gobernador Claudio Vidal: Sergio Acevedo y José Luis Garrido.

Estuvieron ausentes el diputado del Pro Luciano Laspina y por UP faltaron Luciana Potenza (de licencia por embarazo) el santafesino Roberto Mirabella y Rodolfo Tailhade por razones de salud.

Todo un dato lo de los patagónicos de Por Santa Cruz, para tener en cuenta cuando el proyecto vaya al Senado, pues allí hay dos senadores de PSC.

Parlamentario

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