Ana Ribeiro Un testimonio de esfuerzo y superación en la comunidad rural 

Ana, arraigada en lo más profundo de la próspera tierra de 25 de Mayo, trasciende su rol como feriante.

Su vida es una crónica de valentía, amor y un incansable afán por enriquecer la vida de su familia y su comunidad.

Desde la humilde chacra que comparte con su esposo Pedro y su hijo Lautaro, Ana cultiva no solo alimentos, sino también sueños de progreso. Su vida en el campo es una combinación de esfuerzo y esperanza, donde cada día amanece con el desafío de hacer un poco más que ayer.

Juntos cultivan una diversidad de verduras, lácteos, huevos, pollo y panificados son solo algunas de las maravillas que surgen de su trabajo arduo y dedicado. La feria es su ventana al mundo, donde comparten los frutos de su labor con la comunidad.

Pero Ana no se conforma. Sabe que siempre hay más por aprender y mejorar. Por eso, cuando surgió la oportunidad de realizar el curso auxiliar en sistemas de riego automatizado en la Escuela de Robótica de 25 de Mayo, no lo dudó. Aunque al principio la tecnología parecía un mundo ajeno, con esfuerzo y dedicación, se sumergió en el aprendizaje.

Hoy, la computadora no es solo una máquina, es una aliada en su lucha por una producción más eficiente y sostenible.

En sus propias palabras, Ana nos cuenta su historia con gratitud y determinación. Su hijo Lautaro, su mayor tesoro, fue el motor que la impulsó a adentrarse en el mundo de la agricultura. La necesidad de cuidarlo y estar presente en sus momentos más difíciles la llevó a convertirse en una productora apasionada.

Y así, entre recetas de mermeladas, galletitas y pan, Ana teje el tapiz de su vida. Este año, con la mirada puesta en el futuro, decidieron dejar atrás el tabaco y apostar por nuevas cosechas. La sandía será su próximo desafío, y el riego, su herramienta para hacerlo realidad.

Ana no olvida nunca a quienes le tendieron una mano en el camino. Agradece con el corazón a cada persona que creyó en ella y en su familia. A su esposo, su compañero de vida y de sueños.

 

Agricultura de misiones

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