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Sin superávits gemelos en junio, el balance cambiario dio déficit

Se trató del primer negativo en lo que va del año para la cuenta corriente externa. Lo disparó la suba en los pagos de importaciones, con menos incremento de la deuda comercial.

El atraso cambiario y las nuevas medidas para importadores plantean dudas para lo que viene.

En junio no hubo superávits gemelos: la cuenta corriente externa terminó, por primera vez en el año, con un negativo de USD223 millones.

Si bien la balanza de bienes le había permitido al Gobierno celebrar el doble positivo en las cuentas fiscales y las del comercio exterior, al sumar al turismo y a los pagos de intereses de la deuda externa, hubo déficit externo.

Incidió en ello la moderación en el ritmo de crecimiento de la deuda comercial: esta vez se pagó el 88,4% de lo importado.

El atraso cambiario y las medidas que facilitaron el acceso a dólares a los importadores enciende alarmas para el segundo semestre.

El ministro de Economía, Luis Caputo, se reunió sobre el cierre de la semana pasada con la secretaria del Tesoro de los Estados Unidos, Janet Yellen.

En el encuentro, Caputo buscó fortalecer la relación bilateral y convalidar un apoyo del país del norte al sendero de políticas económicas. En ese sentido, Yellen felicitó al Ministro por el avance de las medidas.

Se ponderó en particular la desinflación y los superávits gemelos sin estar en default. Algo de ello no fue posible de sostener en junio y hay dudas acerca de su continuidad: los superávits gemelos.

En junio, hubo un incremento relevante de los pagos de importaciones.

Vale recordar que a principios de año, y también en diciembre pasado, se generó una brecha muy grande entre las importaciones declaradas y los pagos de esas compras externas.

Es decir, una suba importante de la deuda comercial, que logró explicar la mayor parte de la acumulación de reservas de la primera parte del año.

Entre diciembre y mayo se realizaron pagos de importaciones por un total de USD12.976 millones.

Pero las importaciones declaradas en sí totalizaron USD27.044 millones. Es decir que la deuda comercial en esos 6 meses creció USD14.068 millones, o sea el 85,4% que los USD16.472 millones que el BCRA logró comprar en el mercado oficial durante ese período.

En diciembre, por caso, se pagó solo el 17% de lo importado. En enero el 23,1%. En febrero ya evolucionó y se pagó el 41%. En marzo, el 59,8%. En abril, el 67,1%. La normalización se acentuó en mayo, cuando llegó al 74,7%. Y se consolidó en junio cuando trepó al 88,4%.

Eso generó que los pagos de importaciones alcanzaran su punto más alto en junio, llegando hasta USD4.136 millones y dejando el menor superávit de bienes en base caja, por un total de USD795 millones.

Y, como los bienes son los que generan las divisas que se van por pagos de deuda y por turismo, eso generó el primer déficit de cuenta corriente en lo que va de la gestión del actual Gobierno.

Y es que la cuenta servicios arrojó un déficit de USD368 millones, con el turismo como protagonista.

Y a eso se le sumó la cuenta de intereses de la deuda externa, que generó un negativo de USD533 millones, por cierto moderado respecto a lo que vale esperar para julio, cuando se concretó el pago de intereses a bonistas privados.

Acerca de lo que viene para los superávits gemelos, hay dudas tanto desde lo fiscal (ver aparte) como desde lo externo.

Las recientes medidas que facilitaron el acceso a dólares a importadores implicará menores presiones en los dólares financieros pero una mayor demanda en el oficial.

Además, la intervención en el MEP y el CCL obligará a moderar las hoy por hoy ya de por sí aminoradas compras del Central.

Desde Ecolatina reseñaron: “Estas dudas emergen en un panorama que luce poco alentador para el mercado de cambios hacia adelante y con ello la acumulación de Reservas. Por un lado, el pago de importaciones tornará una dinámica más creciente con el nuevo diseño. Por otro lado, una vez superada la temporada alta de la liquidación, se abre el interrogante en torno a qué tan sostenible es el esquema actual sin el agro aportando divisas para recomponer reservas y contener la brecha”.

Para Vectorial, la baja de 120 días a 60 días para el acceso a divisas al grueso de los importadores, sumada al atraso cambiario y la baja del impuesto País generarán “una mayor demanda de dólares, no solo por el acortamiento de plazos. Con una brecha aún por encima del 40%, este esquema probablemente haga que las importaciones que se canalizaban vía CCL vuelvan al MLC. La proyección de los próximos meses es que el saldo se torne más bien negativo”.

Además, desde 1816 afirmaron: “El tema con el Peso como moneda fuerte es que aguante la cuenta corriente si todo sale bien y se sigue apreciando el Tipo de Cambio. Eso sí, mientras haya un dólar tarjeta muy por encima del FX financiero, el gasto en turismo no impactará en reservas”.

Mariano Cuparo Ortiz

BAE Negocios

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