La baja fue de 8,2% real, si se toma como válida una proyección de IPC de 4% en julio.
Los tributos relacionados con la actividad económica volvieron a caer y las retenciones y el impuesto PAIS salvaron los números. El superávit de julio, complicado.
La recaudación tributaria volvió a caer en julio y le dio algo más de volumen a los trascendidos sobre una vuelta al déficit fiscal en julio.
La baja de los ingresos del fisco fue de un 8,2% real, si se toma como válida una proyección de inflación del 4% en julio, en línea con lo que prevé el mercado, y coincidente con un IPC interanual del 263,3%.
Ganancias volvió a generar un flojo aporte, que se espera que se revierta en breve gracias a la vuelta de la cuarta categoría.
El IVA, la seguridad social y el impuesto al cheque también continuaron mostrando caídas, en el marco de la recesión económica. Las retenciones y el impuesto PAIS, en cambio, salvaron las cuentas.
La recaudación tributaria de julio fue de $11.910.547 millones, lo que implicó un incremento nominal del 233,5% en comparación con el mismo mes del año pasado.
Sin embargo, al comparar ese resultado con la inflación del mismo período que, si se confirma el 4% de IPC que prevén las consultoras para julio, fue de 263,3%, hubo la mencionada baja real del 8,2%. Con todo, se trató de una baja menor a la sufrida durante junio, que había sido de 13,5% real.
Trascendió que el ministro de Economía, Luis Caputo, adelanto a las Alycs, durante su reunión del martes en la que también adelantó que la inflación del mes fue la más baja del año, que julio fue el primer mes de déficit fiscal.
Ahí, se espera, habrá jugado un papel clave el pago de intereses a bonistas, por lo cual vale esperar que, más allá del rojo fiscal, se haya mantenido el superávit primario.
La caída de la recaudación, antes de que la vuelta de la cuarta categoría de Ganancias ayude a apuntalar los ingresos, sumó a las perspectivas de ese escenario deficitario.
Ganancias volvió a mostrar una fortísima caída en julio: con una mejora nominal del 174,5%, la baja real interanual fue del 24,4%.
El dato resultaba predecible por la fuerte caída que había experimentado la coparticipación a las provincias, del 18% en julio, donde este impuesto juega un papel clave.
Otros ingresos relacionados con la actividad económica mostraron una importante caída real durante julio. Es el caso del IVA DGI, que arrojó una mejora nominal del 216,7%, lo que implicó una contracción real del 12,8% interanual.
El IVA es un buen indicador de los niveles de consumo del mes previo, en este caso junio, y de la capacidad de pago de las empresas en julio.
Pero ese no fue el único caso: también el impuesto al cheque, que funciona de igual forma como un indicador de los niveles de la actividad económica, mostró una mejora del 241,7% nominal, lo que implicó una caída real del 5,9% interanual.
Corrieron una suerte similar los ingresos de la seguridad social, dato clave en una coyuntura de caída fuerte del salario real, pese a la leve e incipiente recomposición que mostró en abril y mayo, y de pérdida sostenida de los puestos de trabajo: los aportes personales y las contribuciones patronales reflejaron subas nominales de 228,8% y 239,8%, y por ende caídas reales de 9,5% y 6,5% real.
Lo que hizo la diferencia para moderar la caída de la recaudación tributaria durante julio, y por ende para achicar el posible rojo fiscal del mes, fueron el impueso PAIS y las retenciones, que anotaron sendas subas nominales extraordinarias del 800,4% y el 965,5%, es decir mejoras reales del 147,8% y el 193,3%.
Mariano Cuparo Ortiz
BAE Negocios
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