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Inflación y superávit fiscal, el Gobierno enfrenta una semana clave

Esta semana la Secretaría de Hacienda y el Indec publicarán dos datos clave que pondrán a prueba la reputación del modelo económico y sobre los que hay incertidumbres.

El Gobierno se enfrenta a una semana clave como pocas: el miércoles el Indec publicará la inflación y el viernes la Secretaría de Hacienda el resultado fiscal de julio.

Los vaivenes en las variables financieras tuvieron a la reputación del Gobierno como eje y esa reputación tiene a sus logros en materia fiscal e inflacionaria como insumo principal, pese a costo recesivo que pagó.

Para la suba de precios se descontaba un número inferior al 4% pero el 5,1% del IPC CABA reflotó incertidumbres y para el oficialismo será clave dar una señal positiva. Todas las energías apuntaron a eso, con los atrasos cambiario y tarifario a la cabeza.

Para lo fiscal, los pagos de intereses plantearon la duda sobre el primer posible déficit financiero del año.

En ambos casos, se trata de datos que adelantan incertidumbres más a mediano plazo. Para lo fiscal el Gobierno enfrenta algunas alertas, ya que hasta acá el impuesto PAIS, las retenciones y el impuesto al combustible fueron los tres que traccionaron a la recaudación, tal como destacó Vectorial.

Y hacia adelante no solo se viene una baja de la alícuota del PAIS desde septiembre, además de la quita del impuesto en diciembre, sino que además hay promesas oficiales de bajar retenciones y el Congreso avanza con una reforma previsional que según OPC tendrá un costo fiscal de entre 0,69% y 1,25% del PBI.

La inflación no solo enfrenta dudas por lo que vaya a pasar con lo cambiario y la recomposición de tarifas sino que una posible reactivación económica podrá generar presiones alcistas.

Para el cortísimo plazo, algunas pistas que dio el ministro de Economía, Luis Caputo, durante una reunión con CEOs de Alycs trascendieron a la prensa. Sobre la inflación de julio afirmó que espera que sea la más baja del año.

Es decir, que esté por debajo del 4,2% de mayo, el hasta ahora efectivamente registro de menor magnitud en lo que va del 2024.

El mercado apoyó esa proyección y señaló esperar un 3,9%, según el consenso de las respuestas de los 42 consultores y bancos encuestados por el Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM), que realizó el BCRA.

La inflación del mes empezando con 3 fue la mayor de las esperanzas.

Sin embargo, durante la semana pasada el IPC CABA dio una señal en la dirección contraria. Y lo más significativo no fue tanto eso sino lo lejos que quedó del 4%. No solo mostró aceleración respecto al 4,8% de junio, sino que llegó al 5,1%. Hay diferencias de todas formas.

No necesariamente el IPC Nacional tenga que mostrar un número similar, ya que en el IPC CABA los servicios tienen una ponderación mayor.

Pero sí dio señales de que será difícil que la diferencia sea tan grande como para que efectivamente el IPC Nacional esté debajo del 4%. Que esa diferencia ocurra no es imposible, señalaron algunas consultoras, pero sí que será un fenómeno interesante de explicar si es que ocurre.

Desde Vectorial afirmaron acerca de la relevancia del dato de este miércoles: “El dato de inflación de julio que publique el INDEC la semana que viene será fundamental para saber si el sendero de desinflación se interrumpió o continua. De no continuar, la recesión y el tipo de cambio planchado se habrán tornado insuficientes para mantener la inflación a la baja”.

Además destacaron que la aceleración en CABA puede dar cuenta de “un repunte del consumo y la actividad” y de que “la baja abrupta del nivel de precios de meses anteriores se explicaba por la profunda contracción del consumo y la actividad, más que por otro motivo”.

LCG coincidió: “La inflación en CABA fue de 5,1% en julio, un número mayor a lo que se esperaba. La noticia no sería que los precios aceleraron sino que dejaron de desacelerar. Seguimos teniendo la idea de que resulta más difícil bajar de 4%/5% mensual a, digamos 1%/2%, respecto de la desinflación desde comienzos de año, después de la devaluación. Y será más difícil todavía si la economía comenzara a recuperar, cosa que todavía no se estaría evidenciando”.

Acerca de lo fiscal, trascendió que Caputo, en la reunión con las Alycs, dejó entrever que julio fue deficitario por la alta carga de intereses que se pagó en el mes. No es la primera vez que desde el Gobierno adelantan un negativo y ya lo habían hecho respecto a un junio que finalmente fue superavitario.

Por lo pronto, la Oficina de Presupuesto del Congreso publicó superávit en julio para el dato devengado. El viernes Hacienda publicará el base caja, que es el que cuenta para la meta con el FMI, y por ahora el dato de la recaudación mostró señales negativas.

Desde el Grupo IEB adelantaron: “Más allá de la caída en los ingresos del fisco, consideramos que no se pone en peligro el sostenimiento del superávit primario en julio, con el gobierno demostrando en numerosas ocasiones que cuenta con las herramientas necesarias para continuar con el ordenamiento de las cuentas públicas aunque los ingresos no acompañen. No obstante, la suerte podría no ser la misma para el resultado financiero, principalmente debido al pago de intereses de Bonares y Globales a comienzos del mes pasado”.

Vectorial afirmó: “La recaudación de julio palidece en términos reales en el mes en donde el gasto primario se elevó por el impacto de los aguinaldos de los empleados públicos y, además, el pago de intereses marcó el primer déficit financiero del año, como fuera anticipado por el propio gobierno”.

Mariano Cuparo Ortiz

BAE Negocios

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