La reforma laboral debió ser diezmada para poder llegar al recinto, por Gabriela Vulcano

El oficialismo redujo de 60 a 17 los artículos y dejó afuera los puntos más resistidos por la CGT, en contra de lo que pedía la UCR.

El oficialismo y un sector de la oposición llegó al debate del proyecto de la Ley Ómnibus con el texto de la reforma laboral cerrado.

Después de algunas tensiones entre la UCR, La Libertad Avanza y el jefe del bloque de Hacemos Coalición Federal, Miguel Ángel Pichetto, el Gobierno accedió a dejar afuera los artículos más cuestionados por la CGT, mientras mantuvo en pie la extensión del período de prueba, el Fondo de Cese Laboral y la eliminación de multas a las empresas.

Al presidente de la bancada de PRO, Cristian Ritondo, no le gustó nada el acuerdo al que había llegado el ministro del Interior, Guillermo Francos, con los radicales hace algunas semanas atrás.

El funcionario le había prometido al jefe del bloque de la UCR, Rodrigo De Loredo, que se llevaría al recinto el proyecto de reforma laboral que su espacio impulsaba. A cambio, se aseguraba el apoyo de ese sector a la Ley Ómnibus.

Ritondo también había presentado varias iniciativas de reforma laboral, casi en espejo al DNU 70/23. A diferencia de los radicales, en PRO no estaban interesados en avanzar con la eliminación de la cuotas solidarias, ni con lo referido a la ultractividad de los convenios colectivos, entre otras cuestiones.

En Hacemos Coalición Federal tampoco avalaban la inclusión de esos puntos. Dentro de ese espacio, Nicolás Massot fue uno de los promotores de que se discuta la reforma laboral en el marco del proyecto de la Ley Ómnibus, pero no con la letra del radicalismo.

Para despejar el debate, en la Casa Rosada decidieron ir con un texto de 60 artículos, que contenía parte de lo dispuesto en el decreto, más algunas de las sugerencias de los radicales comandados por De Loredo.

El asesor presidencial Santiago Caputo fue el encargado de pactar con el diputado cordobés algunos de los artículos del capítulo de reforma laboral.

Ante ese panorama, Pichetto puso el grito en el cielo el miércoles último, cuando tan sólo faltaban 24 horas para la firma del dictamen.

“Cuando te sorprende un domingo por la noche el señor Cordero, secretario de Trabajo, y vienen con 60 artículos… no, eso no lo voy a votar. Eso nunca estuvo en el diálogo, eso es un ataque sorpresivo por la noche de decir ‘bueno, los muchachos están flexibles, metámosle la reforma laboral’”, dijo en declaraciones a Net TV. Incluso amenazó con no acompañar al oficialismo en la sesión del lunes próximo, si se sostenía el texto que incluía artículos que perjudicaban directo a los sindicatos.

El jefe del bloque de Hacemos Coalición Federal insistió con que lo mejor era dejar para otro momento la discusión de los temas que atañen a la vida sindical.

En Balcarce 50 tomaron nota y, por la tarde de ayer, llamaron a los radicales para forzar una nueva negociación. Finalmente, el Gobierno resolvió remover varios tramos y dejar sólo 17 artículos.

En el proyecto de la Ley Ómnibus que finalmente se dictaminó se establece pasar del actual sistema de indemnizaciones a un Fondo de Cese Laboral, similar al modelo de la UOCRA; se extiende el período de prueba de 3 a 6 meses, con posibilidad de que las empresas grandes lo amplíen a 8 meses y las pymes a 1 año; y se eliminan las multas a las empresas por trabajo no registrado.

“Ni (Alberto) Flamarique se animó a tanto, como lo que están haciendo hoy. Hasta en la reforma laboral del 2000, que se llevó puesta un vicepresidente (Carlos “Chacho” Álvarez) por coimas en el Senado de la Nación, dieron el debate que tenían que dar en las comisiones”, dijo el jefe del bloque de Unión por la Patria, Germán Martínez, durante el debate del plenario de comisiones de Presupuesto y Hacienda, de Asuntos Constitucionales y de Legislación General.

El peronismo, en diálogo permanente con la GCT, rechazó de cuajo la propuesta de reforma laboral del oficialismo, aliado a un sector de la oposición. También la izquierda criticó que se incluyera ese tema en el debate.

En el radicalismo liderado por Facundo Manes evitaron mostrar diferencias con De Loredo, pero varios de los diputados de ese grupo se resisten a acompañar el apartado de reforma laboral. Algunos se abstendrán y otros votarán en contra, aunque esperarán al día de la sesión para definir su postura.

Del otro lado, el radical Lisandro Nieri adelantó que la UCR respaldará la reforma laboral propuesta por el oficialismo, aunque aclaró: “Creemos que era una propuesta superadora el proyecto de ley presentado por la UCR”.

Gabiela Vulcano

BAE Negocios

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