La actividad no toca fondo y anotó una nueva baja en marzo

El consenso es que la caída de la actividad volvió a caer en marzo, lo que echó por tierra la posibilidad de que febrero hubiera sido el piso de la actividad, paso previo al rebote que espera el Gobierno.

La actividad volvió a caer en marzo, profundizando la recesión económica, según estimaron diferentes consultoras. Proyectan una contracción superior al 1% mensual, lo que implicará una aceleración respecto a la baja de febrero. Así, el PBI por ahora no tocó piso, principalmente por la contracción en el mercado interno.

En los últimos días, el Gobierno postergó algunos aumentos en tarifas, servicios e impuestos bajo el argumento del priorizar la baja de la inflación y “no cargar más con gastos de momento a la clase media”. La decisión apunta a recomponer el nivel de consumo y pone al rebote de la actividad dentro de las prioridades.

Según mediciones de Eco Go, la actividad en marzo cayó un 1,1% contra febrero y un 10,3% contra marzo de 2023.

“El dato del EMAE para febrero levantó expectativas en cuanto a un posible arribo al piso de actividad luego de meses complicados. Lejos de esto, continúa la dinámica recesiva en un contexto donde la oferta no levanta cabeza y se verifican parates en empresas del sector automotriz y metalúrgico”, explicó la consultora. Según el EMAE que elabora el Indec, en febrero la actividad económica había caído “solo” un 0,2% mensual.

De manera similar, Orlando Ferreres & Asociados marcó una baja de 1,3% mensual durante marzo. En consonancia, la consultora ACM calculó que la actividad mensual desestacionalizada debería registrar una reducción cercana al 1,7% para que esté en coincidencia con lo previsto por el último Relevamiento de Expectativas del Mercado (REM) del BCRA. Allí, se planteó que para el primer trimestre del 2024 se espera una caída del 3,8% sin estacionalidad.

Un panorama similar brindó LCG, que, sin estimar un número concreto, remarcó el hecho de que siguen “sin identificar un motor claro que pueda impulsar un crecimiento futuro en forma de ‘V'”.

En esta línea, descartó a las exportaciones como posible motor de esa recuperación, ya que “no responden rápidamente a los incentivos derivados de la depreciación del tipo de cambio (y además esta ventaja competitiva está empezando a disiparse por el nivel de nominalidad)”.

Tampoco prevé un aumento significativo de las inversiones debido a un cambio en las expectativas y agregaron que “la tracción del gasto público seguirá enfrentada al objetivo del gobierno de reducir el déficit fiscal”.

Respecto al consumo, el diagnóstico fue similar. “Seguirá debilitado. Podrá tocar un piso ante la recuperación marginal del salario real, pero difícilmente traccione crecimiento en lo inmediato”, explicó la consultora propiedad de Martín Lousteau.

Según los últimos datos oficiales, el salario privado registrado de febrero subió 1,1% en términos reales con enero, pero sigue un 14,7% por debajo de noviembre.

Pese a los niveles salariales todavía muy por debajo de los previos a la devaluación de diciembre, el ministro de Economía, Luis Caputo, aseguró este lunes frente a un público de empresarios en la Bolsa de Comercio que esa leve suba es un indicador de que el repunte de la actividad está a la vuelta de la esquina.

“El salario privado registrado subió en febrero 14,1% versus una inflación de 13,2%. En general, estos indicadores suelen ser una señal de recuperación”, argumentó.

De todas maneras, eso no evitó que el ministro en los últimos días fuera marcha atrás con el aumento tarifario de luz y gas pautado para este mes, la actualización del aumento del impuesto a los combustibles y las subas que originalmente habían acordado las prepagas.

“Estamos cómodos en lo fiscal, priorizamos bajar la inflación y no cargar más con gastos de momento a la clase media”, afirmó.

BAE Negocios

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