Plan Verano 2020

La “ley de solidaridad y reactivación productiva en el marco de la emergencia pública” da indicios de los ejes de la política económica que regirá los primeros meses de la nueva gestión.
El “plan verano 2020” intenta generar una leve recuperación del consumo a partir del congelamiento de las tarifas y transferencias monetarias a la base de la pirámide social: jubilados y pensionados de bajos haberes y beneficiarios de AUH.
Ese impulso es acompañado de un incremento de la presión fiscal y reducción de las transferencias a los sectores de ingresos elevados y medios, con el objetivo de mejorar el estado de las cuentas públicas. En el plano externo, se mantienen los controles cambiarios y se encarece el dólar ahorro, se eleva el costo del turismo y compras con tarjetas en el exterior, buscando mejorar elbalance cambiario del verano.
En materia de deuda pública se observa una política diferencial según los vencimientos sean en pesos, dólares, bajo legislación local o extranjera, tal como sugeríamos en nuestro anterior informe titulado “Default de la deuda y superavits gemelos: ¿la clave para reeditar la exitosa economía de Néstor Kirchner?». Los vencimientos en dólares de corto plazo bajo legislación local (letes), son reperfilados en forma compulsiva. Es probable que la misma suerte corran los vencimientos de otros bonos en dólares bajo legislación local como los Bonar 2020 y Bonar 2024.
En el caso de bonos y letras en pesos, la política oficial parece encaminarse a evitar el default y repagarlos, usando en algunos casos colocaciones intrasector público (ANSES) para financiarlo. Esa estrategia parece buscar reabrir el mercado local de financiamiento en pesos de corto plazo, lastimado por el reperfilamiento compulsivo que había impuesto en agosto de este año la administración anterior.
En el caso de los vencimientos en dólares bajo legislación extranjera, predominan bonos con causas de crossdefaultproducto de anteriores restructuraciones. En ese caso, el gobierno parece tener voluntad de evitar la cesación de pago, apartando para ese objetivo USD 4.751 Mde las reservas del BCRA.
Un leve empujón al consumo desde abajo
El gobierno decidió privilegiar las transferencias de recursos a los sectores de bajos ingresos con un doble objetivo. Por un lado, paliar urgentemente la crítica situación social dado que otras políticas como la tarjeta alimentaria, requieren un mayor plazo para su implementación. Por otro lado, dar un leve impulso al muy golpeado consumo en un intento de comenzar a “encender los motores de la economía”.
Es sabido que si se distribuyen recursos desde los sectores medios-altos y altos hacia los bajos, los primeros no reducen su consumo ya que sostienen su estándar de vida reduciendo su ahorro; mientras los segundos lo incrementan. De ahí que el menor aumento a los jubilados de ingresos medios y altos combinado con mayores aumentos a los de menor ingreso y beneficiarios de la AUH, genere cierto impulso al consumo aun cuando el saldo neto de la reforma sea un ahorro fiscal.
Las transferencias alcanzan a cerca de 8,5 millones de personas y suman un monto global de $60.500 millones. La cifra tiene un impacto directo equivalente al 0,03% del consumo trimestral, por lo que se espera un impacto leve pero positivo sobre las ventas.
En la búsqueda del déficit cero
De haberse aplicado todas las bajas de impuestos que estaban previstas por el gobierno anterior para el 2020, el déficit se hubiese incrementado en un 1,5% del PBI. A partir de la sanción de la ley que suspendió esas bajas de impuestos, las necesidades de financiamiento también se reducen. A ello hay que agregar el nuevo impuesto PAIS, la actualización en los derechos de exportación y el incremento en Bienes Personales que implican un 1% del PBI adicional.
A su vez, se observa en las medidas fiscales propuestas por el Poder Ejecutivo, un especial fortalecimiento de las cuentas de la Seguridad Social ya que el 70% de las nuevas recaudacionesdel Impuesto PAIS y del incremento en los derechos de exportación están destinados al financiamiento de la ANSES.
A la caza del dólar turista y ahorro
Desde la aplicación de los controles cambiarios hasta el 16/12, el BCRA compró 2.932 millones de dólares, que aplicó básicamente al pago de vencimiento de deuda por 2.576 millones de dólares. La “fuga de capitales” pasóde USD 2.700 M promedio mensual a USD 144M en noviembre.
La efectividad del “cepo” para revertir el saldo externo llevo al consenso de loseconomistas ortodoxos y heterodoxos sobre la necesidad de su mantenimiento.