El FMI insiste en aplicar el programa acordado con la Argentina

Para el organismo es importante que Argentina mantenga una política monetaria y fiscal restrictiva en línea con el programa. 

Si bien la inflación estimada por el FMI sube a 88% para este año, pero marcan una desaceleración respecto al año pasado.

El Fondo Monetario Internacional reiteró la necesidad de continuar con la aplicación del programa económico acordado con la Argentina para lograr una reducción de la inflación.

En tal sentido, “es importante la política macroeconómica, tener una política monetaria restrictiva como así también que la política fiscal esté en línea con lo establecido en el programa de apoyo del FMI será particularmente importante”, sostuvo Petya Koeva Brooks, directora adjunta del Departamento de Investigaciones del organismo.

“En el frente de la inflación hemos visto ciertos progresos, pero por supuesto, los recientes desafíos económicos nos llevaron a revisar hacia arriba los números de inflación para la Argentina a 88%, por encima de la previsión de enero cuando esperábamos que bajara a 60%, por lo tanto, está bajando mucho menos”, precisó Pierre-Olivier Gourinchas, economista consejero del FMI y director del Departamento de Investigaciones.

De acuerdo con el último Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) los analistas esperan una inflación de 110% para este año.

En el marco de una conferencia de prensa ofrecida el martes en Washington para presentar los resultados del informe Perspectivas Económicas Mundiales (World Economic Outlook), Koeva Brooks también recordó que, en materia inflacionaria, “el año pasado terminó en 94,8%, que es un número muy grande, y también vimos un repunte en enero, aunque en parte, esto es por los precios de los alimentos”.

La directiva consideró que “Las presiones subyacentes de la inflación siguen estando y parte de la razón es porque las expectativas de inflación no están ancladas”. Agregó que “la forma en que nosotros caracterizamos nuestra proyección es que realmente esperamos que la inflación se mantenga alta, muy altos niveles”.

Gourinchas también señaló que el Fondo revisó a la baja la previsión de crecimiento para el país, que pasó de 2% en la estimación de enero a 0,2%. Es decir que el FMI no espera recesión, a diferencia de las proyecciones que realizan consultores privados.

Los analistas que integran el REM esperan una caída de 2,7% en el PIB de este año con relación al anterior. El economista asimismo señaló que “para 2024 se espera que (el crecimiento) sea de 2%, cerca del promedio”.

Inflación

Las proyecciones de inflación para el año en curso ubican a la Argentina como el tercer país con el mayor aumento en el índice de precios al consumidor, detrás de Venezuela y Zimbabue, según un análisis de Ámbito en base a las cifras contenidas en el informe Perspectivas Económicas Mundiales.

Como viene sucediendo, Venezuela encabeza el ranking de inflación con una suba estimada de 250% para el año en curso, seguida por Zimbabue con una proyección de 181%.

Sacando el caso venezolano y alguna excepción como Haití (la proyección de inflación es 31%), en general la región sudamericana registra tasas de inflación de un dígito: Brasil y en Chile ronda el 5% y el 7% en Uruguay.

En distintos países limítrofes se observa una desaceleración de los índices inflacionarios. Tal es el caso Chile que bajo de casi 13% el año pasado a 5% en el presente o Perú 8,5% a 3% en el mismo periodo.

Con todo, la estimación se ubica por debajo de las previsiones privadas: en el último Relevamiento de Expectativas de Mercado, los analistas auguran una suba de 110% para el año. Para el año en curso se estima que solo 28 países sobre casi 220 en el mundo tendrá una inflación de 2 dígitos o más. En los casos más extremos, 8 países registrarían inflaciones superiores al 30%.

El FMI anticipa que “la inflación global caerá, aunque más lentamente que previsto inicialmente, del 8,7% el año pasado al 7% este año y al 4,9% en 2024”.

Difícil camino

Respecto al crecimiento de Argentina, Koeva Brooks durante la conferencia sostuvo que “hemos visto una vertical desaceleración en el último trimestre de 2022 y alguno de estos impactos se espera que trasladen a este año y, por supuesto, el impacto de la sequía es la razón por la significativa reducción de la previsión de crecimiento para este año”.

Por otra parte, y a pesar de la sequía, el Fondo sigue considerando que la Argentina tendrá un resultado favorable en la cuenta corriente del balance de pagos, calculado en 1% del PIB.

Otro indicador que se ha deteriorado es la desocupación. Las proyecciones incluidas en el WEO para la Argentina prevén una suba del desempleo de 7% de la población económicamente activa en 2022 a 7,6% en el año en curso, para luego caer en 2024 a 7,4%.

“La recuperación económica mundial perdura, pero el camino se está poniendo rocoso”, afirmó Pierre-Olivier Gourinchas, consejero económico y director de Investigaciones del FMI en el Panorama Económico Mundial. Sostuvo que “la inflación está cayendo lentamente, pero el crecimiento económico sigue siendo históricamente bajo y los riesgos han aumentado”.

“Simultáneamente, el endurecimiento masivo y sincronizado de la política monetaria de la mayoría de los bancos centrales debería comenzar a dar sus frutos, con la inflación moviéndose nuevamente hacia los objetivos” de los bancos centrales, según aseveró Gourinchas.

El Fondo corrigió marginalmente a la baja (0,1%) su previsión de crecimiento mundial. El organismo ahora pronostica que “el crecimiento tocará fondo con una variación de 2,8% por ciento este año antes de aumentar modestamente al 3% el próximo año”.

A la Argentina le importa particularmente China, uno de sus principales socios comerciales. Este país crecería 5,2% en 2023, acelerando respecto del “solo” 3% que verificó en 2022. Otro de los países importantes por el intercambio comercial es Brasil, pero en este caso las tasas de crecimiento proyectadas son más moderadas: 0,9% para 2023 y 1,5% en 2024.

Riesgos

El informe señala que “la reciente inestabilidad bancaria nos recuerda que la situación sigue siendo frágil”. Así, en el terreno de los riesgos, sostiene que la inflación es mucho más rígida de lo previsto, incluso hace unos meses.

Si bien han bajado los precios de los alimentos y la energía, la inflación núcleo (que excluye estos rubros) “aún no ha tocado techo en muchos países”. El Fondo prevé que la inflación núcleo de fin de año a fin de año se reduzca a 5,1%, 0,6 puntos por encima de la anterior previsión (enero), y muy por encima del objetivo de los bancos centrales (la Reserva Federal de los Estados Unidos aspira a un 2%).

“La estabilidad de cualquier sistema financiero depende de su capacidad para absorber pérdidas sin recurrir al dinero de los contribuyentes”, advierte. El informe explora un escenario en el que los bancos, ante el aumento los costos de financiación y la necesidad de actuar con más prudencia, reducen aún más los préstamos. Esto lleva a que se estime una reducción adicional del 0,3% en la producción de este año.

En suma, el Fondo advierte que se está en una fase delicada de la economía mundial en la que el crecimiento económico permanece mediocre (según los estándares históricos), los riesgos financieros han aumentado y la inflación aún no ha disminuido de forma decisiva.

El FMI también observa una desaceleración general en el crecimiento a mediano plazo. Las proyecciones a cinco años se redujeron constantemente desde el 4,6 % en 2011 al 3% 2023.

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