Con inteligencia artificial, un biólogo molecular incursiona en el arte multimedia

Ariel Wilner encaró en Munar Arte una muestra en la que las moléculas creadas con tecnologías de inteligencia artificial se mostrarán en pantallas de LED de gran tamaño y también se exhibirán treinta obras digitales impresas en papel, con la curaduría de Juan Pablo Ferlat.

El artista y doctor en Genética Molecular Ariel Wilner presenta “Neotenia”, una muestra de arte multimedia generada con herramientas de inteligencia artificial que indaga sobre las posibilidades de lo molecular, el universo biológico invisible que nos rodea e invita a reflexionar sobre distintas problemáticas que golpean al mundo.

“Trabajo con un universo que para la gran mayoría de las personas es imaginario. Es necesario corporalidad a la ciencia y sus conceptos y la inteligencia artificial tiene muchas herramientas para hacer eso posible”, explica Wilner a Télam sobre el enfoque de proyecto.

“Empecé mi carrera cuando me recibí de biólogo y me especialicé en evolución y ecología. Después, me mudé al mundo de lo molecular”, cuenta sobre cómo su recorrido académico su fue amoldando a sus intereses.

“Neotenia” -que podrá visitarse en Munar Arte, en avenida Don Pedro de Mendoza 1555, del 30 de marzo al 9 de abril- hace referencia al proceso estudiado por la biología evolutiva por el cual una población adulta conserva características del estado juvenil. Y dentro de ese concepto, Wilner decidió reparar en la creatividad que permite tanto a científicos como a artistas explorar territorios desconocidos para dar con nuevas ideas. Neotenia es, entonces, la capacidad de mantener la puerta de la imaginación abierta como en la niñez.

Wilner entiende que el acceso a la creatividad y la posibilidad de sostener la curiosidad en la vida adulta son de vital importancia para que la humanidad pueda dar respuestas innovadoras a los nuevos problemas que enfrenta. “La Neotenia vinculada a la creatividad e innovación en la ciencia y el arte, es de gran importancia en la adaptación y la prosperidad de la especie en entornos cambiantes como los del siglo XXI”, explica Wilner quien, a los 62 años y en su doble rol de artista-científico, es el ejemplo paradigmático de qué es ser neoténico.

Le cuesta, sin embargo, considerarse “artista” y prefiere definirse como un “utilizador de herramientas”. “Aprendí a usar una única herramienta y me costó un perú”, confiesa y se ríe.

“Todos nacemos con creatividad, cierto buen humor y ganas de experimentar. Pero a partir de la adolescencia creo que algunos abandonan esa mochila de lo lúdico. Y ese gesto es una gran pérdida”, relata sobre por qué la curiosidad, la creatividad y las ganas de explorar en lo desconocido se disuelven a medida que crecemos.

Télam

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