CELAC 2023, lo que dejó la Cumbre de Líderes Regionales

La Cumbre de Líderes de CELAC quedó marcada por una foto familiar con varios frentes que seguirán abiertos. Por detrás de la vuelta de Brasil al bloque, un detalle de lo que crujió: la vigencia de la OEA en la región, la disonancia de Lacalle Pou, las críticas de Boric y lo que viene en el comercio con la Unión Europea.

Las negociaciones que se habían trabado en el Caribe se ordenaron en Buenos Aires y a último momento. Su desenlace posibilitó que uno de sus integrantes se quede con la presidencia temporaria de la CELAC hasta el año que viene, tal como lo había negociado Argentina hace un año.

Desde este martes, la organización que reúne a 33 países del continente (sin Estados Unidos ni Canadá) eligió por consenso al primer ministro de San Vicente y las Granadinas, Ralph Gonsalves como titular temporario.

Desde este martes reemplaza a Alberto Fernández al frente del espacio multilateral que concretó su séptima cumbre en el barrio de Retiro con la asistencia plena de sus integrantes.

Perú y el inagotable poder de la OEA

Uno de los puntos más espesos de la región no tuvo una respuesta concreta. El organismo no pudo condenar en su declaración final la situación en Perú y, al menos por ahora, tocó un techo para uno de los objetivos que se plantearon los socios que impulsaron la presidencia temporaria de Fernández en la CELAC: frenar la intervención en el continente de la Organización de Estados Americanos (OEA), encabezada por el uruguayo Luis Almagro.

Desde el rol que tuvo en Bolivia durante 2020, los socios de la CELAC han buscado contenerlo, pero esos intentos han llegado a un límite con Perú.

La mandataria interina, Dina Boluarte, comparecerá este miércoles en forma virtual en una sesión del Consejo Permanente de la OEA. En Buenos Aires, casi a la misma hora, Fernández recibirá en la Casa Rosada a Christopher Dodd, asesor especial del presidente de los Estados Unidos, que fue enviado a la CELAC en su representación. Antes de salir desde Washington, la Casa Blanca anunció el viaje de Dodd con un comunicado donde recordó que “el gobierno de los Estados Unidos reafirma el valor de fortalecer la colaboración regional a través de la OEA, el principal foro multilateral en el Hemisferio Occidental”.

Es la posición que Dodd le dirá a Fernández cuando se reúnan y también el anticipo de otro mensaje que saldrá este jueves desde Nueva York.

Lo pronunciará el representante permanente de Estados Unidos ante la OEA, Francisco Mora, que encabezará una conferencia de prensa “sobre los objetivos de la administración Biden-Harris que se pretenden alcanzar a través de cooperación con los otros miembros de la OEA”.

La cumbre de la CELAC no pudo dar una respuesta sobre la crisis peruana y los movimientos en Washington confirman que la OEA no ha perdido influencia frente a un escenario que suma complejidad.

Maduro, el gran ausente

Más allá del documento consensuado, que contiene 100 puntos -y los contrapuntos previsibles sobre Venezuela- el encuentro estuvo marcado por la decisión de su representante, Nicolás Maduro, de suspender el viaje.

En su lugar mandó al canciller Yván Gil Pinto, pero le echó la culpa del faltazo a las movilizaciones y denuncias en su contra impulsadas por JxC, pero en especial por la titular del PRO, Patricia Bullrich y el expresidente Mauricio Macri.

“Preparan una gran provocación y una gran agresión junto con el partido judicial”, dijo el venezolano en referencia las denuncias presentadas por la exministra de Seguridad para pedir su detención por narcotráfico y pedirle la intervención a la DEA.

Si bien no viaja nunca a estos eventos, tampoco fue el mexicano Andrés Manuel López Obrador, que el año pasado fue el mayor respaldo de la candidatura de Fernández para encabezar la CELAC.

El vínculo entre ambos se enfrió después de la elección del presidente del BID, aunque AMLO iba a recibir a su par argentino en el DF y le había pedido que invite a Lula. Nada de eso sucedió: Fernández suspendió el viaje y desde entonces no hay comunicación.

Lacalle Pou: un pie afuera de la foto familiar

El evento tuvo al presidente Luiz Inácio Lula Da Silva como principal protagonista. Su presencia selló el regreso de Brasil a la CELAC y revirtió la decisión de su antecesor, el ultraderechista Jair Bolsonaro de retirarse de esa comunidad. La reincorporación se concretó en un contexto que formateó la cumbre.

Sucedió un día después del relanzamiento de la relación bilateral entre Argentina y Brasil con un acuerdo de integración económica y energética que anticipa el nivel de acuerdos que tendrán los dos socios más grandes del Mercosur.

Quizás por eso una de las voces más disonantes también salieron de ese bloque regional, pero en boca del mandatario uruguayo Luis Lacalle Pou, que no habló de los tironeos que mantiene con Argentina y Brasil desde el año pasado, pero propuso que la CELAC estudie mecanismos de integración económica y comercial de todos sus socios.

El mandatario uruguayo hizo su juego adentro y afuera del plenario. Los debates no fueron transmitidos, pero Lacalle Pou se encargó rápidamente de difundir sus intervenciones y ganarse los titulares de la prensa, especialmente cuando fue el encargado de cargar contra Venezuela, Nicaragua y Cuba.

«Se habla del respeto a la democracia, a las instituciones y los derechos humanos, pero hay países acá que no respetan la democracia, ni las instituciones, ni los derechos humanos», lanzó el representante de la Banda Oriental.

“No puede haber aquí un club de amigos ideológicos, porque en la variedad estará la fuerza de esta organización. Hacemos mal en ponerle un tinte ideológico a la CELAC”, dijo y luego advirtió: “Cuidado con la tentación ideológica en los foros internacionales”.

Boric, tirante; Petro, directo

Uruguay no dijo una palabra sobre Perú. Su par chileno Gabriel Boric pidió elecciones “libres, justas y transparentes” en Venezuela para el año que viene y propuso “colaborar en el diálogo entre los distintos sectores del país para encontrar una salida”, pero omitió que tanto Fernández, como su par colombiano Gustavo Petro reabrieron el diálogo del oficialismo y la oposición venezolanas en noviembre pasado en París, durante el Foro de la Paz organizado por el presidente francés Emmanuel Macron pero con el determinante respaldo del gobierno noruego.

El joven presidente chileno no abordó el tema y propuso “colaborar en el diálogo entre los distintos sectores del país para encontrar una salida”.

Se aferró a su libreto diplomático: apeló a la experiencia de su país para hablar de Venezuela. “Fuera de la democracia no hay libertad ni dignidad posible (…) La dictadura (en Chile) nos enseñó de forma brusca a sangre y fuego los efectos de relativizar la democracia y los derechos humanos”.

Después se enfocó sobre la situación en su vecino norteño. “No podemos ser indiferentes cuando hoy en día en nuestra hermana nación del Perú personas que salen a marchar y a reclamar lo que consideran justo terminan baleadas por quien debiera defenderlas. El saldo que ha dejado el camino de la represión y la violencia es inaceptable”, dijo Boric para referirse al empeoramiento de la situación en ese país desde el 7 de diciembre, cuando el presidente constitucional Pedro Castillo fue destituido luego de decretar el cierre del Congreso y un llamado a elecciones.

Lo sucedió Boluarte. En las últimas semanas fueron asesinadas 58 personas por la represión policial contra las movilizaciones que reclaman el final de la transición.

Boluarte envió a Buenos Aires a su canciller Ana Cecilia Gervasi, que recibió los planteos de los mandatarios que decidieron hablar sobre la crisis.

El colombiano Gustavo Petro la interpeló durante el plenario. “Si llegamos al poder desde las izquierdas no es para encarcelar derechas. En América Latina no tiene que haber un sólo preso político.

¿Por qué tienen que haber golpes parlamentarios y violencia? ¿Por qué presidentes elegidos popularmente tienen que estar presos, cuando deberían estar en esta mesa?”, se preguntó el mandatario caribeño en referencia a la ausencia de Castillo.

Las incógnitas del puente con Europa

Así como sobrevoló la preocupación sobre la OEA, en el plenario de la CELAC también se escucharon las expectativas sobre las vinculaciones con la Unión Europea.

A la reunión que tuvieron sus cancilleres en noviembre, sumarán otra cumbre del mismo nivel en Bruselas para julio próximo.

Esos hilos comenzarán a moverse, tal como anticipó este diario en su última edición dominical, con el viaje que concretará la semana próxima el canciller Santiago Cafiero a la capital belga para reunirse con Josep Borrel, alto comisionado para las relaciones exteriores de la UE.

El jefe del Palacio San Martín llegará con las incógnitas del Mercosur respecto a la negociación con la UE, que fueron abiertas en 2018 por el entonces presidente Mauricio Macri.

El gobierno argentino tiene serias preocupaciones sobre el impacto que puede tener sobre la industria local. Lula dijo en su última campaña presidencial que quiere profundizar la negociación con la UE, pero se desconocen los aspectos que abordó con Fernández durante las bilaterales que tuvieron el lunes.

En el cierre de la cumbre de la CELAC, Cafiero ofreció una breve conferencia de prensa. No aportó detalles sobre el próximo viaje a Bruselas, pero ante una pregunta de Tiempo reconoció la falta de acuerdos de las 33 delegaciones para acordar una salida común sobre Perú.

“Algunos países tomaron la preocupación sobre la crisis y por otra parte sobre la violación de derechos humanos que se lleva adelante en Perú, como producto de la violencia institucional que hay en el país. Si bien algunas delegaciones tocaron el tema y otras no, para el conjunto de los países que integramos la CELAC el respeto a los derechos humanos es esencial. Es necesario que aquellos países que están transitando situaciones de este tipo vuelvan a la senda del respeto a los derechos humanos”, opinó.

Claudio Mardones 

Tiempo Argentino

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