Bullrich: una denuncia con acento de Wall Street

La titular del PRO calificó de “ruinoso” para el Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS) de Anses el canje de bonos en dólares por otros en pesos. Se basó en un informe de Fitch, una de las calificadoras que le dio certificado de buena salud al sistema bancario de EEUU una semana antes de colapsar.

El PRO presentará un recurso de amparo contra los decretos de necesidad y urgencia (DNU) emitidos por el Poder Ejecutivo que dispusieron un canje de deuda con los bonos en poder de organismos públicos, anticipó la titular del partido y precandidata presidencial Patricia Bullrich.

Los argumentos centrales de la denuncia se basan en afirmar que la operación será “ruinosa para los organismos obligados a pesificar sus activos” y en la consideración de que el gobierno está siguiendo una política de “endeudamiento externo irresponsable”.

Aunque parezca curioso, es la dirigencia responsable del gobierno de Cambiemos de 2015 a 2019 la que formula esos cargos.

“Vamos a frenar el vaciamiento del Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS) y la emisión de deuda en dólares a tasas insostenibles”, escribió Bullrich en Twitter al dar a conocer la presentación del recurso de amparo.

Durante el fin de semana, el ministro de Economía, Sergio Massa, había defendido estos decretos al indicar que el canje de deuda de organismos públicos será “absolutamente beneficioso” para la Administración Nacional de la Seguridad Social (Anses), que “ganará un poco más de US$ 2.000 millones” con la operación, monto que será utilizado para un programa de créditos a lanzarse la semana próxima.

Anunció, además, que solicitó a la Universidad de Buenos Aires (UBA) un dictamen sobre la participación del organismo de seguridad social en el esquema de canje dispuesto, y aseguró que “si diera que no es beneficioso, Anses no intervendrá” en la medida.

En su anuncio, Bullrich presentó una serie de argumentos para justificar el recurso de amparo contra los decretos 163 y 164 y sostuvo que “el canje de deuda impulsado por el Ministerio de Economía, que fuerza a los organismos públicos a pesificar su tenencia de deuda en dólares, resulta objetivo y fácticamente ruinoso”.

El respaldo que tomó la exministra de Seguridad de Mauricio Macri y exministra de Trabajo de Fernando de la Rúa para su denuncia, fue un informe de la calificadora de riesgo Fitch.

“Una de las calificadoras de riesgo más importantes de Wall Street”, la presenta Patricia Bullrich a la que, junto a Standard & Poors y Moodys (las otras dos “prestigiosas” de Wall Street), presentaban hasta la primera semana de marzo informes muy elogiosos sobre la fortaleza del sistema bancario de Estados Unidos y la excelente salud que presentaban sus índices de solvencia.

Justo una semana antes que el sistema comenzara a derrumbarse junto a la caída de tres bancos regionales (Silicon Valley, First Republic y Signature Bank, iniciando un colapso financiero que nadie sabe dónde terminará. A los celosos guardianes del sistema se les escapó la tortuga.

Sin embargo, la suntuosa calificadora Fitch que le dio el certificado de aptitud a bancos prontos a desmoronarse, en el caso de la deuda argentina consideró que “el mero anuncio del canje nos deja al borde del default”, según cita la dirigente titular del PRO.

Y Fitch no sólo adiverte que hay riesgos gravísimos porque esos bonos pasen de manos de un organismo público a otro, el Ministerio de Economía, sino que le baja violentamente la calificación a esa deuda, cinco escalones, según su propio rango: de “CCC-” a “C”.

Más allá de que resulte cuestionable que se califique la conveniencia de las inversiones del Fondo de Garantía de Sustentabilidad de la Anses a través del criterio de una calificadora de riesgos fundamentalmente al servicio de capitales especulativos, la denuncia del PRO y de Bullrich avanza incluso acusando a la titular de Anses, Fernanda Raverta, de no cumplir con “la función de salvaguardar el interés actual y a futuro del FGS, y (por) su complicidad en la entrega (de los bonos a canjear) y desfinanciamiento” que podría generar en el FGS.

Vale recordar, tal cual se explicó en la nota de la edición impresa de Página|12 del último domingo, de Mara Pedrazzoli, durante la gestión de Cambiemos (2015/2019), los activos del FGS sufrieron una merma del 70 por ciento, principalmente a la raíz de las sucesivas devaluaciones en la que incurrió el macrismo entre 2018 y 2019.

Ello dañó irremediablemente el valor de los activos en pesos del Fondo de Garantía sin ningún tipo de compensación.

A diferencia del programa actual, en el cual los organismos públicos que entreguen los bonos en dólares recibirán, a cambio, Bonos Duales en pesos cuyo capital se actualiza por inflación y por devaluación, aplicándose al momento de la liquidación el que resulte más favorable al acreedor a la fecha de vencimiento.

El gobierno de Mauricio Macri, tras colapsar la deuda externa a principios de 2018, cuando se le cortó el crédito al país por el sobreendeudamiento en el que había incurrido en los dos años previos, decidió recurrir al FMI como prestamista de última instancia, tomando el ruinoso crédito Stand By de mediados de 2018 y desatando internamente una sucesión de devaluaciones que provocaron un verdadero vaciamiento en los portafolios con títulos en pesos. Y un endeudamiento del país imposible de afrontar en el corto plazo y muy difícil en el mediano y el largo.

Además de provocar un estallido inflacionario y recesivo del cual todavía al país le cuesta recuperarse.

Raúl Dellatorre

Página/12

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